A la vuelta del desierto unas cuantas cosas han cambiado.
Llorente es titular en el Athletic Club, por ejemplo. Y se ha dejado barba. Luego
vuelvo ahí, porque está también lo de Kobe Bryant. Una mañana abrí el móvil y
la lesión estaba ahí. Miré el resumen, vi la imagen, el tendón dañado. 34 años.
Las alarmas. Nicholson aplaudiendo con la mirada grave. Leí lo que escribió
Calderón: un tipo que da todo cada noche. Leí lo que escribió Daimiel, en los
últimos 13 días jugó 7 partidos, una media de 46 min y 30 puntos por encuentro
en su 17ª temporada!. Lo malo de que no esté Kobe en los próximos 6/8 meses es
que hay un vacío de actitud y juego; como la ausencia de Rafa Nadal estos
últimos meses. Uno se levanta y sabe que la fiera no está en lo suyo. Y el día
va diferente; no está todo en su sitio. Kobe entró al quirófano con la carta
escrita: si me ves luchar contra un oso, reza por el oso.
Eso lo vi en Deportes Cuatro, donde hubo otro video
soberbio. El derecho a olvidar, lo que ocurrió entre ovación y ovación al
Málaga. Baptista marcando en el descuento con esas imágenes congeladas de las
avispas alemanas marcando en el descuento. A mi lo de los cuatro alemanes en fuera de juego me parece una trampa. También marcó el Málaga el 1-2 en offside. Pero fue cruel. Fue un
poco lo del Manchester contra el Bayern en la final del Camp Nou. Que te la
jueguen así. Que te la claven cuando estás intentando tragar la última bocanada
de aire. Si entra el aire, vives. Era sólo una bocanada más... pero nada. Entró la
bala, de mala manera, y ko.
San Mamés. Pensé, fugazmente que hoy habría sido un día muy
bonito para Iker en San Mamés. Allí debutó y allí podría haberse despedido hoy
del estadio, bajo los palos, guardando la meta. Pero la vida no está para
detalles. O se los busca uno o te dan realidad cruda. Supongo que Iker buscará
su momento para decir agur. Yo he estado mucho en San Mamés, pero una vez
estuve escuchando el Kyrie Eleison de Enrique Morente mientras se jugaba un Ath
– R Madrid. Yo en mi silla, detrás de la portería de Bodo Illgner, con Radio3
en los auriculares y el rugido del público haciendo una especie de 5.1. Tenía
el micrófono puesto a unos chavales que alucinaban con el nuevo peinado de
Ismael Urzáiz, y mientras grabábamos, escuchaba a Morente.
Crack.
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